Queremos deixarvos aquí un artículo escrito por un dos nosos escritores favoritos: GONZALO MOURE Escribiuno no seu blogue co motivo de outra folga en educación: a do 29 de marzo do 2012 e que hoxe queremos compartir con todos vos..
Estoy en huelga.
Porque los colegios en los que debería trabajar hoy, colegios públicos, son maravillosos. Para todos, con el fruto de mi trabajo, pero sobre todo con el trabajo de los maestros. Porque las bibliotecas son luminosas y alegres, porque están repletas de libros y de invitaciones al gozo de la lectura.
Estoy en huelga para que no dejen de ser así, para que no se retroceda, porque son el fruto de un siglo de luchas, algunas duras y ruidosas, otras calladas y discretas, día a día, mueble a mueble, libro a libro.
Estoy en huelga porque en la escuela pública en la que hoy no trabajo se cree en el niño por sí mismo, y no por lo que vaya a ser mañana: por lo que es hoy, porque aprender no es “útil”, sino gozoso.
Dentro de unas semanas tendré que trabajar lo que hoy no trabajo: en esos colegios no dejarán de contar conmigo para seguir luchando por una escuela mejor, por unos niños mejores. No me importa, y trabajaría tres días por no haber trabajado hoy.
Estoy en huelga porque los que recortan no se recortan, porque en algunos colegios no hay dinero para más libros, ni se cubren las bajas, ni se contrata nada nuevo, porque en algunos colegios no hay dinero para calefacción, porque alguien quiere arrasar el jardín.
Estoy en huelga porque creo en el trabajo, y también que no trabajar un día puede servir para seguir trabajando bien, o mejor.
Estoy en huelga porque la escuela es el futuro, pero sobre todo porque es el presente.
Estoy en huelga porque los recortes en la enseñanza y la cultura son la muestra del gran recorte que se ha programado sistemáticamente contra todos los avances sociales conseguidos a lo largo de un siglo y medio.
Estoy en huelga contra los que sienten rabia porque la escuela pública es muchas veces mejor que la escuela privada, porque quieren una escuela pública de segunda para los hijos de los inmigrantes y los parados que ellos mismos se encargan despedir a bajo precio.
Y respeto profundamente a los que no están de acuerdo conmigo, y pienso que a lo mejor tienen razón.
Pero no a los que recortan las alas de nuestros niños. A esos, no los puedo respetar. Ni los voy a convencer.
Gonzalo Moure
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